Senos, la clave del universo

       Desde que era terriblemente pequeño, una parte del cuerpo femenino ha dominado mi ser de manera alarmante.


Todo empezó cuando era bebé. Al parecer tenía un pequeño problema para dormir, que solucionaba con un pequeño trasteo en los senos de mis tías o madre. Esta agradable (y necesaria) medida, corrompió mi mente de por vida.
Fui creciendo y esta idílica obsesión seguía ahí. Incluso antes de la adolescencia ya me auto-sorprendía con la boca abierta, mientras ponía los ojos cual platos, ante el bonito paisaje de un escote mínimamente apurado.
Mientras los meses iban pasando, la cantidad de hormonas también. Con las hormonas apareándose cual chinos, mi admiración a los pechos iba llegando a un punto casi preocupante.
¡Y llegó la adolescencia! Esa etapa en la que uno se “motiva” por cualquier chorrada de carácter erótico. Lo mejor de todo es que no solo vivía maravillado por tan fascinante órgano, si no que de tanta admiración, empecé a estudiar y visualizar (aún más) su ciencia.
Con paciencia y dedicación me convertí en todo un experto en la materia.
Creé una lista con nombres según su forma. Adivinaba tallas con un superficial vistazo e incluso inventé tácticas para palparlos sin que el prójimo se diese cuenta o simplemente pensase que había sido sin querer.
Si lo miramos desde un punto objetivo, la mama es un pedazo de carne que hace puenting en la parte superior del tórax. ¡Pero lo objetivo no sirve de nada en el mundo tetil! Yo no puedo apoyar esta teoría, pues el amplio universo pechonal es mucho más complejo y extenso de lo que todo el mundo piensa.
No solo produce placer visual, sino que también en el del tacto, en la degustación papilar e incluso en la del olfato.

Los pechos femeninos molan. Molan muchísimo. Y entiendo que haya gente que no piensa igual, pero mi mente semi monotemática no lo hace. Pues para mí, los senos son la clave del universo. 

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1 comentarios:

Naar dijo...

Pues mira, te voy a contar una cosa que me ha pasado hoy y me he acordado de ti. Iba por la calle dando un paseo hasta el despacho de mis padres cuando me adelantan dos tipos en un coche. iban despacito y se me han quedado mirando. se han hecho un gesto entre ellos y uno le dice al otro "está bien, pero sabes que a mí las tetas operadas no me gustan mucho". Y yo como WTF??? qué operadas ni que mierda?? estos hombres de hoy en día no saben apreciar unos pechos bien puestos o qué?
menos mal que te tenemos a ti :)

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